Aunque el primer CD que tuve de Avril Lavigne fue Under my skin, porque era tan grande el éxito de Let Go que para cuando quise comprarlo no había existencias, sí se trató del disco que tanto para mí como para una gran parte de mi generación marcó nuestro gusto por esta Sk8er girl y, con ello, le dio formas a más de una identidad dosmilera.
No había día en el que no esperara pacientemente para ver en MTV el video de I’m with you y no puedo negar que toda su estética me motivó bastante para querer aprender a andar en patineta, al igual imaginaba videos de música que mezclaban los personajes de la revista W.I.T.C.H con los sonidos de Things I’ll Never Say, establecía que el himno de este espacio, mi blog, en su primera encarnación, era My world (My world gumy), y sé que por algún lado de mi antiguo computador estarán perdidas las traducciones que hacía con mucho esfuerzo de temas como Losing grip o Complicated mientras que aprendía inglés a la par. Toda una banda sonora que se filtraba en cada escenario de mi vida y que hizo de Avril mi cantante favorita hasta hoy en día (y para siempre).
¿Qué pasa entonces un 3 de junio, 20 años después?
Se da el lanzamiento mundial, en todas las plataformas y formatos, de Let Go 20th Anniversary, una edición del mismo CD que busqué por cuatro años en las discotiendas hasta finalmente obtenerlo pero con seis temas extra, una mejora de cada una de las canciones originales y una cubierta que cubre de rojo el fondo de la ciudad y resalta la figura de esa Avril Lavigne de 17 años que siempre quise ser.
Tan solo imaginen la escena: agarro mi celular que tiene una preciosa funda personalizada con una imagen de la revista W.I.T.C.H, abro Deezer (qué fácil es ahora :v), me pongo mis audífonos de Hello Kitty y me recuesto, como hace tantos años solía hacer, para escuchar el disco completo, y así leer al tiempo cada una de las letras aunque me las sé de memoria y volver a experimentar todo lo que me hace sentir aquel punk fatalista y romántico con el que crecí.
Comparto entonces con ustedes algunas de estas canciones y sentimientos curiosos que detonan en mí, aunque los invito a escucharlas en su formato de aniversario, ya que no están todas disponibles todavía en YouTube.
La campeona es Tomorrow, por lo tremendamente extraño y desgarrador que resulta haber tenido una canción que escuchabas una y otra vez porque era de tus indudablemente favoritas pero que simplemente un día olvidaste y la vuelves a oír tanto tiempo después para que te afecte justo como lo hacía antes. Aunque, peor aún, ahora te habla de una forma diferente que apela a lo que sientes en este momento. Y bien, eso es Tomorrow para mí hoy… Tomorrow it may change.
Entre los nuevos temas de la edición de aniversario, Make Up se lleva un lugar especial en mi corazón pues habla del ser honesto, sin ocultar quién es uno mismo. Y bueno, a veces hay momentos en el que después de viajar por muchos lugares de identidad finalmente uno puede regresar y encontrarse con esa persona que es, aunque a veces resulte un lugar extraño. Cosa que ha sido fundamental para mí en estos últimos meses. Es curioso que tanto Avril como este blog son espacios que hacen parte de ese yo sin maquillaje a quien esta canción le habla tan directamente.
Por supuesto, el clásico que siempre será el #1 para mí es I’m With You.
Cuando lo escuché atentamente de nuevo, me di cuenta que, además de un gusto personal por la sensibilidad tanto de la letra como de la melodía, representa a la perfección todo ese último respiro del punk que hubo en la década del 2000. Por alguna razón, teníamos una crisis que vivía (y vive) dentro de nosotros que es profundamente similar al romanticismo, en la que todo parece grande y salido de control y, aunque no hay salvación posible, solo queda la búsqueda con el contacto con ese otro que quizá pueda comprender el dolor que se siente. Bueno, no me juzguen, de eso se trataba vivir la época emo.
El último lugar de esta pequeña selección que les traigo se lo lleva definitivamente la campeona en sentimientos agridulces del disco de aniversario: Breakaway. Quizá soy una fan descuidada, pero fue para mí una sorpresa enorme encontrar el tema y darme cuenta, tras una búsqueda en Google, de que no se trata de un cover del tema de Kelly Clarkson sino que la canción siempre ha sido de Avril Lavigne y fue esta última quien se la cedió a la primera. Ahora ¿Por qué esto me hace entrar en shock? Pues muy simple: La canción de Clarkson fue utilizada en la película de El diario de la princesa de Disney, lo cual tiene dos complejidades…
Por un lado, mientras Avril misma resalta que lo único que no ha querido ser en la vida es un «chicle pop», es exactamente eso en lo que Kelly convirtió el tema, sin contar como lo sobreaprovechó para generar toda una estructura de sentido de sí misma como cantante. Y, gran parte de esto responde a la aparición central de la canción en El diario de la princesa, donde se convirtió básicamente en un himno de las niñas «bien» y «correctas» que Disney construye en sus películas para adolescentes. Ese tipo de niña que lucha por sus sueños, supera a los bullers, tiene siempre esperanza e ilumina al mundo con su gran sonrisa, nobleza y dulzura, es decir, la antítesis de las adolescentes conflictuadas, sensibles, irreverentes y punkeras a las que les cantaba Avril. Entonces, con el contexto en el que está inserta la canción cambia sustancialmente su sentido y, es bastante chocante, en el buen y en el mal sentido, encontrarse con la voz y el contexto que debió tener desde el inicio.
Por otra parte, ya desde una perspectiva más personal, es bastante liberador que la canción saliera de ese lugar en el que había quedado en mi memoria. El diario de la princesa solía ser una de mis películas favoritas en su momento, pero con el tiempo me di cuenta que ese deber ser que insertó en mi mentalidad, al igual que en la de muchas chicas, resultaba terriblemente dañino por varias razones de las que quizá hable después en otro artículo sobre el tema. Así que, por fortuna para mí ahora la canción estará relacionada con todos los sentimientos que cataliza Avril en sus canciones y no en la chica que se hace princesa al alisar su cabello.
Espero que ustedes también disfruten de este disco de aniversario como lo he hecho yo y también encuentren en él diferentes conexiones, tanto con su yo de los años 2000 (si vivieron la década) como con su yo actual ^^.
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