El amor en todas sus dimensiones es terriblemente complicado por la mezcla de los muchos elementos que lo articulan, pero en el mundo de los medios y lo pop parece a veces tremendamente sencillo: protagonistas hechos el uno para el otro, grandes amores destinados a ser, o el típico final trágico pero profundo y romántico. Sin embargo, es muy divertido cuando se producen tensiones o situaciones que abren la puerta para que los espectadores, entre los que me incluyo, podamos imaginar amores que, además de imposibles, son tremendamente incorrectos y que, en consecuencia, cuestionan todo su plano existencial en la ficción a partir de la sola posibilidad de las uniones absurdas.
Además de que me fascina imaginar esas temibles pero dulcemente emocionantes parejas que nunca debieron ser, por lo que deseo hacer un compilado al respecto, me parece interesante hacer visibles las tensiones que generan estas parejas, pues más que ser divertidas, catalizan aspectos muchos más complejos de lo humano desde la ficción.
Pero, recuerden, solo se trata de shippeos más ficcionales que su universo, que además de incorrectos e imposibles, tengo plena consciencia de que tienen 0 argumentación y solo se trata de una perspectiva perversamente personal, así que espero que nadie se lo tome tan en serio y más bien piensen en esos romances que ustedes también quisieron que se hicieran realidad pero jamás sucederán.
Severus Snape y Lily Evans – Harry Potter (saga)
Quiero empezar esta lista con mi pareja ficcional favorita que nunca fue. El amor de Snape por Lily es quizá de los más desgarradoramente fuertes y leales de la literatura y del cine, en el que, a pesar de que Severus creyó encontrar a su alma gemela, todo se vino abajo cuando el sombrero seleccionador marcó para ambos destinos diferentes, lo cual llevó a Lily, de forma inevitable, a elegir una forma de vida totalmente diferente en la que Severus no encajaba, pues además de ser impopular y rarito, terminó por unirse a los realmente malos desde la perspectiva de cualquier Gryffindor. Creo que por eso esta canción le viene bastante bien, ya que se trata de ese tipo de amor en el que quien lo siente sabe que existen barreras inquebrantables con ese ser amado que simplemente no podrá bajar de su propia alteza para estar allí y corresponder.
Sin embargo, siempre creeré que el verdadero amor de Lily fue Severus aunque no se diera cuenta, y que ella pudo llegar a ver que la fuerza de la pasión y fidelidad de este último no tenía comparación con ningún modelo de vida que quisiera realizar al final. Juntos son equilibrio, se conocen, se entienden, y sus almas son, en lo profundo, tremendamente similares, casi como si compartieran una (por algo el mismo Patronus). Por eso, hubieran sido una pareja honestamente maravillosa, en la que nada tuviera más fuerza que sus sentimientos, pero, aunque no fuera así, no se puede negar que, de cierta forma, Snape siempre mantuvo viva a Lily desde su amor.
Link y Saria – The Legend of Zelda: Ocarina of Time
Si bien siempre he sido una partidaria de la gran, atemporal, eterna, profunda e incluso trágica unión entre Link y Zelda, este juego en particular me hizo soñar con este amor que es totalmente diferente.
Por supuesto, Ocarina of Time muestra una relación casi canónica entre Link y Malon, además de que es todo un galán desde niño que incluso conquista el corazón de la Princesa Ruto, hay algo muy especial entre él y Saria que me hace creer con todo mi corazón en un gran amor entre ambos.
Link y Saria crecen juntos en Kokiri pero ninguno siente que realmente pertenece a ese lugar, lo que incrementa una complicidad y confianza entre los dos que los lleva a ser inseparables, o al menos eso creían hasta que el destino de ambos los llevó abruptamente a un destino completamente diferente. Sin embargo, Saria, que tenía claro desde el inicio que la cruel separación era irrevocable, le da su primera Ocarina para que la recuerde. Incluso, ya al ser grande Link, puede comunicarse con Saria quien lo acompaña de una forma espiritual que no tiene comparación, ni siquiera con Zelda.
Ambos llamados a un deber que los mantiene juntos pero a la vez separados sin remedio. Un amor que nunca fue pero que, para mí, siempre estuvo latente.
Príncipe Carlos y Lady Diana – The Crown
Algo tremendamente complicado y triste resulta cuando ves una serie con base en la vida real y conoces los fatídicos resultados históricos de algunas relaciones, lo que deja todavía menos margen para soñar con un final diferente que lo que se puede soñar con productos totalmente ficcionales. Sé, en consecuencia, que muchos de los que me lean gritarán al ver la propuesta tan atrevida que hago al traer esta pareja a la lista.
Aunque comprendo perfectamente toda la realidad histórica de la Familia Real británica en el siglo XX y XXI, no se trata de eso, si no de la enorme tortura que fue vivirla con el nivel de empatía y compenetración que ofrece la ficción y que nos permitió experimentar mucho más de cerca (a quienes no vivimos los 80’s) el matrimonio de ensueño que nunca fue, pero que sería perfecto si lo hubieran logrado Carlos y Diana.
Esta escena de la serie es un momento en el que rogué con lágrimas que los guionistas se pusieran creativos y mandaran al demonio el verdadero desenlace para permitir que el cuento de hadas se hiciera realidad, pero realmente fue muy cruel la forma en la que nos hicieron soñar a los espectadores por un instante con que Carlos comprendiera que podía ser feliz, sin complicaciones, con una esposa que a pesar de los problemas en serio lo amaba y que realmente entendía su sensibilidad y vulnerabilidad. Claro, esto solo es posible con la magia visual y narrativa que logra The Crown.
Jack Bauer y Nina Myers – 24
Lo sé, cada vez me pongo más creepy. Quizá las nuevas generaciones no alcancen a ver lo perversa que es esta propuesta porque no saben que esta mujer literalmente arruinó la vida entera del protagonista de 24, pero para quienes vimos la serie es una abominación que siquiera los enuncie en un contexto amoroso.
Y a pesar de todo, sí, de cierta forma siempre soñé perversamente que algo sucediera entre Jack y Nina, no solo porque hay algunos acercamientos de bastante tensión emocional entre ambos y de una fingida pero a la vez fuerte atracción, sino porque al pensar en el personaje que es Jack Bauer, es decir, en la representación terriblemente exagerada del perfecto héroe estadounidense que atraviesa balas, bombas y hasta un virus letal sin un rasguño por amor a su patria, no podría menos que pensar que su pareja perfecta sería la villana ideal, es decir, la mujer despiadada, terrorista, dominante y empoderada pues, además de que generan un contraste que entre más se observa es más atractivo, como si fueran colores complementarios, Nina es la única mujer de toda la serie que realmente le da la talla a Jack en inteligencia, habilidad y fuerza.
Anduin Wrynn y Sylvanas Windrunner
Al igual que la pareja anterior, esta puede poner con los pelos de punta a más de uno, y, aunque generalmente soy del team Sylvanas x Nathanos, hay algo entre Sylvanas y Anduin que me gustaría realmente que sucediera, o al menos que existiera.
Quizá es porque desde que escuché la manera tan sensual en la que Sylvanas le dice Leoncito (o Little lion) a Anduin me ha obsesionado que de cierta forma ella logre seducirlo. Pero lo que hizo que realmente surgiera en mí la idea de ellos como pareja ha sido el desarrollo de las cinemáticas de Shadowlands en las que se dieron diálogos bastante profundos entre la postura de ambos respecto al libre albedrío y a la importancia de la elección.
Sylvanas está profundamente rota sentimentalmente (además de literalmente) desde que fue atravesada por la Agonía de escarcha de Arthas, lo que la ha llevado a tomar una serie de decisiones equivocadas dentro de un estado de negación por su propia muerte absurda y todas las demás que ha tenido que presenciar. Prácticamente quiere cambiar el destino para que nadie tenga que afrontar la finitud de sus vidas y, en consecuencia, eliminar ese destino inevitable que quita toda libertad. Anduin, por su parte, tiene una fe enorme y una gran capacidad de aceptación de la vida y la muerte que hace posible sanar, lo cual casi sucede con Sylvanas en sus conversaciones.
Por ello, se trata de las únicas escenas en World of Warcraft donde esta alma en pena poderosa y fuerte se ve realmente vulnerable, como si fuera capaz de revelarle cada herida aún abierta en esas conversaciones y él, a pesar de la situación en la que se encuentra y de todo lo que han pasado, es capaz de ver su corazón e intentar aliviar su dolor. Es, precisamente allí, donde sueño en un final en el que esa capacidad en conjunto de reflexiones metafísicas, conciliación y resiliencia lleve a un amor donde ambos comparten un diálogo constante que nadie más entendería. Sí, bastante ñoño, pero también bastante cósmico.
Félix y Edith – Rastros de mentiras
Si esto fuera un top, sin duda esta pareja estaría en primer lugar para mí. La razón no es solamente que adore sus escenas, la química cómplice que tienen o su maldad compartida, sino que se trata de una pareja que realmente retó al espectador a romper sus paradigmas sobre orientación sexual.
Ya estamos muy acostumbrados a la inclusión de personajes y parejas homosexuales tanto en la pantalla grande como en la pantalla chica (hola Netflix), lo cual es genial, pero los medios se han quedado demasiado cortos a la hora de representar y poner sobre la mesa todos los matices realmente complejos de género, sexo y orientación sexual, pues no es tan sencillo de manejar y pocos toman el reto e incluso les aterra mostrar de frente la bisexualidad.
En esta novela, sin embargo, se atrevieron a mostrar un personaje complejo con Félix, que aunque muchos argumenten que era un gay de closet (lo cual en sí ya es bastante interesante pues mostraron todo su proceso de «salir de closet» en muchos sentidos), en realidad se muestra una bisexualidad compleja en la que es capaz de amar a una mujer mientras que pelea consigo mismo porque desea a otros hombres. Pero, el punto es ese precisamente, esa dualidad en su personalidad que hace que no simplemente le gusten ambos sexos, sino que encuentra algo diferente que lo seduce en cada uno y que incrementa la tensión de las muchas capas ocultas a la fuerza en su vida, las cuales debe develar poco a poco, mientras que Edith lo amaba profundamente en cada una de ellas, con pleno conocimiento de sus aspectos más oscuros y siempre intentó que la amara al 100% aunque no fuera posible, lo que la lleva a un seductor quasitravestismo masculino.
Esta pareja definitivamente no tenía que ser, el personaje merecía romper cada cadena, pero, mientras duró, permitió ver muchas dimensiones del amor que no estamos acostumbrados a afrontar en una telenovela.
Syaoran y Meilin – Sakura Card Captor
De solo Sakura Card Captor podría hacerse una lista entera de amores que nunca fueron pero que por alguna razón me encantaría que sí lo hubieran sido, pero de todos, mi favorito es el de Syaoran con Meilin.
Casi no tengo argumentos, pero Meilin siempre sintió un amor consagrado por Syaoran, además de ser una compañera completamente fiel e inquebrantable, al punto de que hizo el sacrificio más grande que podría hacer por amor: simplemente irse. Además de que su sinergia como equipo con él que los hacía una pareja ideal y compenetrada, sin contar que, de hecho, tenían un compromiso que, de ser respetado, hubiera sido la muestra de un amor muy fuerte y con una historia poderosa.
Suleiman y Mahidevram – El Sultán
Todos los que tenemos una madre adicta a las novelas turcas hemos atravesado, eventualmente, las tragedias de esta telenovela histórica, con las que es imposible no querer en algún momento golpear la pantalla del televisor o romper en llanto por las mil injusticias que se dan en la narrativa y que, al igual que con The Crown, son inevitables porque sigue con fidelidad los hechos históricos, lo que genera esa herida doble.
El agravante en este caso es que la pareja de Suleiman y Mahidevram sí fue en realidad un gran amor, hasta que se apareció Hürrem, quien se dedicó a hacerle la vida un infierno a esta última en todas sus dimensiones. Por eso, para mí, fue desgarrador ver cómo Suleiman, poco a poco, no solo perdía su amor por ella, sino que la degradaba al punto de convertirse en un ser completamente insignificante que, a pesar de ser la madre del heredero, no recibía ni un mínimo acto de cariño del hombre al que se consagró completamente y por quien nunca dejó de sentir un gran amor.
Quizá, si esta relación no se hubiera destruido, incluso el futuro del Imperio Otomano hubiera sido diferente, junto con el de la historia universal, pero al menos se trata de una huella histórica tanto del amor más profundo como del dolor más grande.
Taric y Ezreal – League of Legends
Lo explico así: imaginen todas las parejas innecesarias que tanto los hayan fastidiado de las series o películas, júntenlas, multipliquen lo innecesarias que son x1000 y tienen el nivel de innecesario que Riot generó al hacer canon (o mediocanon) la pareja de Ezreal con Lux, cuando desde SIEMPRE, TODOS hemos entendido, ojo, no deseado, sino entendido que Ezreal y Taric son pareja.
Incluso, desde mucho antes de que se pusiera de moda la inclusión en videojuegos y Blizzard sacara del closet a Tracer, y desde más tiempo atrás de que el mismo Riot incluyera oficialmente personajes LGBTIQ+, todos los jugadores hemos aceptado, valorado y aclamado la pareja de Ezreal y Taric como la más necesaria del mundo de Runaterra, y ha sido tan natural que no se ha requerido ningún esfuerzo de la compañía, por lo que duele que esta solo aplaste nuestro sueño de que sea real.
Claro, los neófitos de LoL, que han llegado con Arcane, están absolutamente embelesados con VI y Caitlyn, pero créanme, por más hermosas que sean, no le han llegado a los talones a esta hermosa pareja.
Bella y Jacob – Crepúsculo (Saga de libros y películas)
Como dice el comentario del usuario Bonie Star en este video (en YouTube), Bella se veía mil veces más feliz y completa como ser humano con Jacob, lástima que Bella no quisiera ser humana y para eso usó a Edward.
Sin embargo, todos los #TeamJacob no nos cansaremos jamás de argumentar por qué esta pareja merecía el final feliz. Definitivamente, Jacob sí tiene la edad de Bella, la cuida como Edward jamás supo cuidarla, hacía que brillara como persona y no se sumiera en la depresión dosmilera en la que la sumía Edward, la comprende totalmente… En fin, esta pareja simplemente pudo ser perfecta pero jamás lo fue. Nos toca conformarnos con la imprimación de Jacob con Renesmee.
Doofenshmirtz y su malvada novia – Phineas & Ferb
Definitivamente la mejor pareja de todo Disney, con todo lo que implica el atrevimiento de esa frase. Además de que si tuviera que elegir una canción para representar el amor sería definitivamente esta.
Este amor verdadero se trata de dos personas que simplemente encuentran con quien ser genuinos y mirar juntos hacia un mismo horizonte, lo que demuestra que el amor no solo es para los perfectamente hermosos (inserte cualquier pareja normal de Disney) sino que puede llegar, con la mayor fuerza del mundo, hasta a quienes son completamente incomprendidos y solitarios.
Un amor que simplemente debía ser, porque en su estado normal ambos son el uno para el otro, pero que por un triste juego del destino terminan por separarse.
Armando Mendoza y Marcela Valencia – Yo soy Betty la fea
Es obvio que Armando Mendoza no merecía a nadie, ni a Betty, ni a Marcela, ni a Hugo. Pero, en mi caso, desde que era una niña y vi por primera vez la novela he deseado que en alguna realidad paralela Armando se quedara con «Marce», la razón: ella lo amó de verdad.
Quise terminar este compilado de parejas que nunca debieron ser, pero que me encantan, con una telenovela de mi país, Colombia, porque estas tienen la particularidad, en su mayoría, de presentar personajes complejos, con muchos matices, que no suelen ser totalmente buenos ni totalmente malos, peculiaridad que es muy marcada en Betty la fea pues, más que ningún otro producto comunicativo mostrado aquí, muestra particularmente bien lo complejo que es el amor.
Marcela hizo todo por Armando, incluso, impulsarlo a ser feliz cuando él le había arrancado todo. Y con esta lección de amor cierro este especial terriblemente tóxico en el que pude compartir historias de parejas que durante años me han hecho soñar con realidad alternas donde pueden ser felices
¡Feliz San Valentín!
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